La primera vez que leí algo acerca del LHC (Large Hadron Collider) fué hace un par de años, mientras los Ángeles y Demonios de Dan Brown me tenían comiendome las uñas y aún no se habia estrenado ese esperpento (okei no seré tan cruel... esa mala adaptación al cine) del Código Da Vinci.
El dichoso aparato es un acelerador de particulas de forma circular, construido en una extensión de 27 Km y ocupa tanto territorio francés como suizo. Es sin duda el más grande que hay hasta el momento y es para mucha gente -entre otras cosas- el punto de partida del fin del mundo.
Según una noticia publicada por El Comercio una muchachita de 16 años se suicido tras ver algún programa amarillo en la televisión india donde mencionaron el inicio del experimento del CERN para recrear las condiciones del Big Bang y la posibilidad de que este ocasione el fin del mundo.
Pobre chica, comprendo que la ignorancia puede conducirnos al miedo muy rápidamente, pero no sé si sea para tanto, como para tomar un raticida y tratar de escaparse del cataclismo.
Creo que a todos nos han tomado el pelo alguna vez con historias de esas como cuando pensaban que la famosa sarah hellen se iba a levantar de su tumba, o que el fin del mundo sería el 6 de junio de 2006, o que en el cambio de milenio ni las licuadoras iban a funcionar; por eso no dudo que esta sea como todas las veces anteriores un cuento más.
El LHC comienza a funcionar entonces, esperemos que funcione bien. Me pregunto ¿que harian los europeos si en realidad el aparato sufre algún desperfecto y comienza a generar un agujerito negro? mmmm seguramente lo taparían con latinos.
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