Por la esquina del viejo barrio me vieron pasar...
con el tumbao' que tienen los guapos al caminar...
-cual Pedro Navaja solo que bastante más despistado-
mientras escribía un mensaje de texto en el celular....
Corrían las 7:45 pm de un día viernes a la mitad de un invierno con tufillo a cambio climático y recién había salido de mi casa.
Reconoceré que soy bastante lento para escribir mensajes de texto, el T9 me parece a veces incomodo, y algunas veces mientras pienso tanto en como voy a contestar lo que voy a contestar que me olvido completamente lo que decia el mensaje que recibí inicialmente.
Durante este trance de composición y creación literaria que implica para mi responder un sms, un individuo se me acercó por la espalda y cayó como un halcón hambriento sobre mi celular. Si Sun Tzu viviera todavia y hubiera presenciado la escena seguramente se habría levantado de su asiento y hubiera aplaudido, le habria dado una medallita al choro y yo me habria tenido que correr catorce mil li a modo de castigo ejemplar. El ataque fue rápido, sigiloso y a traición; el ladrón encontró en mi a un oponente distraido, confiado y -a la luz de los resultados de 40 metros de persecucion- sin capacidad de responder.
Lo cierto es que no lo alcancé, lo perseguí algo menos de media cuadra y se zambulló (no exagero, me refiero al sentido estricto del verbo zambullir) a un taxi por una ventana posterior. Me quedé asi entonces, agitado, con cólera (más por la fuga que por el aparato) mirando como se escapaba el ladrón.
jueves, 10 de julio de 2008
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