jueves, 10 de julio de 2008

Arte de la Guerra

Por la esquina del viejo barrio me vieron pasar...
con el tumbao' que tienen los guapos al caminar...
-cual Pedro Navaja solo que bastante más despistado-
mientras escribía un mensaje de texto en el celular....

Corrían las 7:45 pm de un día viernes a la mitad de un invierno con tufillo a cambio climático y recién había salido de mi casa.

Reconoceré que soy bastante lento para escribir mensajes de texto, el T9 me parece a veces incomodo, y algunas veces mientras pienso tanto en como voy a contestar lo que voy a contestar que me olvido completamente lo que decia el mensaje que recibí inicialmente.

Durante este trance de composición y creación literaria que implica para mi responder un sms, un individuo se me acercó por la espalda y cayó como un halcón hambriento sobre mi celular. Si Sun Tzu viviera todavia y hubiera presenciado la escena seguramente se habría levantado de su asiento y hubiera aplaudido, le habria dado una medallita al choro y yo me habria tenido que correr catorce mil li a modo de castigo ejemplar. El ataque fue rápido, sigiloso y a traición; el ladrón encontró en mi a un oponente distraido, confiado y -a la luz de los resultados de 40 metros de persecucion- sin capacidad de responder.

Lo cierto es que no lo alcancé, lo perseguí algo menos de media cuadra y se zambulló (no exagero, me refiero al sentido estricto del verbo zambullir) a un taxi por una ventana posterior. Me quedé asi entonces, agitado, con cólera (más por la fuga que por el aparato) mirando como se escapaba el ladrón.